Ultraje a la Libertad: el gran negocio de la justicia en Edomex

Por: Tere Montaño
Actualmente el Estado de México,  posee una de las poblaciones penitenciarias más grandes del país y posiblemente de América Latina con más de 30 mil internos, sin embargo alrededor de entre el 60 y 70% se estima, son inocentes.
Cifras de expertos en Derechos Humanos, consideran que detrás de estos porcentajes, se oculta un creciente fenómeno de imputaciones creadas artificialmente contra una masa de culpables falsos, cuyo perfil principal es que son jóvenes, pobres y en general de baja escolaridad, la mayoría capturados y encarcelados sin cubrir las formalidades del “debido proceso”, casi siempre en detenciones arbitrarias  y violentando todo tipo de garantías procesales y de Derechos Humanos.
José Antonio Lara Duque, coordinador general del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero (CDHZL) y Adrián Ramírez, de la Liga Mexicana de Defensores de Derechos Humanos (LIMEDDH), coincidieron que los casos de imputaciones falsas contra personas inocentes es una realidad vigente en el Estado de México, una realidad que bajo un esquema de acusaciones y delincuentes suplantados por personas inocentes, provoca que quien busca justicia como víctima, solo accede a una simulación de ella.
Y esto es así, asegura el defensor Lara Duque “porque todo el sistema de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, está sincronizado para fabricar delitos”. ¿La razón?, aparentar que hay más puestas a disposición de delincuentes, más capturas y un combate eficaz contra la criminalidad, aunque al final solo se trata de un montaje, pero de enormes dimensiones, al estilo Florence Cassez.
“Lo peor de todo es que el Poder Judicial es condescendiente con esa fabricación. ¿Por qué?, simple y sencillamente si la fiscalía dice: presenté cien personas ante los jueces y los jueces me liberaron a la mitad, quien va a asumir el costo de esta supuesta lucha contra el crimen y quien no está haciendo su labor, sería el Poder Judicial”, sostuvo el coordinador del CDHZL, al develar que en el fondo de esta deshumanizada estrategia gubernamental, hay intereses políticos de grupos en el poder que buscan aprobación social.
Durante una entrevista con “Libertarium”, el defensor y activista desmenuza las motivaciones que se ocultan detrás de esta problemática en escalada y su brutal puesta en operación, lo que implicaría la existencia de intrincadas redes oficiales de corrupción, con involucramientos en distintos niveles y dinero fluyendo como incentivo.

La razón es muy sencilla, las cárceles en el Estado de México y el país operan bajo las lógicas de un gran negocio.


Además de lo anterior, los impactos sociales de un sistema de procuración e impartición de justicia alterado son significativos: cárceles abarrotadas en algunos casos por arriba del 200% de su capacidad real; índices delictivos que no ceden –debido a que los verdaderos criminales siguen en las calles-; altos grados de impunidad (solo 7% de los delitos terminan con sentencia en el Estado de México de acuerdo al más reciente informe de la Universidad de Guadalajara sobre Índices de Impunidad en México) y, lo más grave, familias destrozadas, estigmatizadas y empobrecidas.

Un informe obtenido por transparencia en junio del 2019, reveló que el Edomex alojaba 29 mil 125 internos en 22 centros penitenciarios, pero para octubre, cuando se realizó la entrevista con el  coordinador del Centro Zeferino Ladrillero, ya rebasaban los 30 mil.

Las cárceles más saturadas a esa fecha de acuerdo al informe proporcionado por la secretaria de seguridad, eran Ecatepec, con 5 mil 747 internos; el de Nezahualcóyotl Bordo, con más de 4 mil 460 reos; el de Tlalnepantla, con 4 mil 230; el Santiaguito, de Almoloya de Juárez, con 3 mil 595 y el de Chalco con más de 3 mil 100.

Otros centros penitenciarios como el de Texcoco y el de Cuautitlán, acumulan más de mil 400 personas privadas de su libertad cada uno.

El coordinador del CDHZL estima que la población penitenciaria que permanece en las cárceles falsamente acusada o porque simplemente no puede por sus condiciones económicas o sociales defenderse, podría rondar entre el 60 y 70%; el presidente de la LIMEDDH,  Adrián Ramírez, en una entrevista paralela, estimó que podría rondar tranquilamente el 70%.

¿PERO POR QUÉ SUPLANTAR CRIMINALES?

Pero ¿Cuáles son los motivos que se esconden detrás de la fabricación de culpables o suplantación de delincuentes de manera masiva  –por personas inocentes-, en el Estado de México?

Para el abogado Lara Duque, la respuesta apunta hacia varias direcciones, la primera tiene que ver con el sostenimiento de un sistema penitenciario que se ha monetizad, es decir que las 22 cárceles se administran como negocios, en los que todo, absolutamente,  tiene un precio, lo que a su vez genera regalías millonarias que se reparten entre quienes participan en él o lo regentean, en sus distintos niveles.

Esto significa que desde su financiamiento  en lo formal, los centros preventivos operan enormes cantidades de dinero, con otros negocios implicados para su funcionamiento, pero que para mantener el “negocio” debe garantizarse, ante todo,  "que éstos estén llenos al tope de presos".

Solo cómo ejemplo Lara Duque refirió las tarifas que existen al interior de los centros preventivos para ingresar en sábado (500 pesos por persona); que las mujeres no sean auscultadas por  las custodias (100 pesos); que la comida que llevan a sus seres queridos no sea batida (entre 50 y cien pesos) o que el familiar no sea agredido por los grupos de poder que controlan los centros (alrededor de mil pesos a la semana), de acuerdo, está última tarifa, a familiares entrevistados por Libertarium.

Esta economía subterránea que corre por las prisiones estatales y se alimenta de las celdas repletas, contrasta también con los costos formales para su manutención que a la par siguen aumentando.

Continuando con los ejemplos, en 2020 se programó un presupuesto de dos mil 717 millones 427 mil 430 pesos para el sistema penitenciario; en 2019, fueron dos mil 786 millones 686 mil 196 pesos y en 2018, dos mil 599 millones 25 mil 318 pesos, cifras que en su enorme mayoría se destinan al pago de servicios a empresas privadas para el abasto de alimentos, lavandería y otros servicios. 

Otro aspecto contradictorio es que pese a que se contratan servicios de comedor, las familias deben sustentar  semanalmente  el alimento de sus familiares recluidos y otros gastos colaterales, formales e informales…

El aumento en las detenciones –casi todas arbitrarias- para llenar las cárceles y hacerlas viables financieramente, también se ve reflejado en los recursos públicos que reciben, ya que antes de 2017 (cuando se dispararon los operativos “antidelincuenciales”), el gasto destinado al sistema penitenciario no llegaba a los mil 450 millones de pesos. Fue ese año electoral, cuando Eruviel Ávila  elevó los niveles de persecución y criminalización mediante sus famosos “operativos rastrillo” –que Del Mazo retomó-, cuando de un plumazo aumentaron  de mil 400 millones a dos mil 192 millones el presupuesto para las cárceles.

También ese año (2017), creció el presupuesto a seguridad en más de mil 100 millones de pesos (de 8 mil 246 millones a 9 mil 329 millones de pesos) y para impartir justicia en al menos 350 millones de pesos más, al pasar de 3 mil 115 millones de pesos en 2017 a 3 mil 465 millones 605 mil pesos. Desde entonces los recursos no han dejado de crecer y ahora buscan construir otras dos cárceles en asociación con firmas privadas.

Pero el siguiente brinco acelerado, desesperado por dar cifras positivas en seguridad –o al menos simularlo-, se dio con Alfredo del Mazo, al aumentar golpe tras golpe los dineros para los tres rubros, aunque las cifras de criminalidad, combate a la impunidad y protección a la población no mejoran, cómo se verá más adelante.

Lo que sí creció, fue la cifra de denuncias ciudadanas por detenciones arbitrarias iniciadas ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM). Aunque las denuncias no son atendidas por el organismo, son un referente de la crisis social que se ha desatando.


BRUTALIDAD POLICIACA VS, CARCELES ABARROTADAS

En 2015 el organismo captó 596 por detención arbitraria; 309 por el uso indebido dela fuerza públicas y mil113 por violaciones al Derecho Humano a la integridad y seguridad personal, para un total de mil 18 denuncias relacionadas con abusos policiacos; en 2016 estas variantes sumaron mil 565 y en 2017, con otras clasificaciones agregadas, se contabilizaron 3 mil 869, de las cuales, 565 fueron quejas por el uso desproporcionado de la fuerza pública; 512, por violentar el respeto a la situación jurídica (la mayoría delas detenciones son sin orden de aprehensión) y otras 361 por violentar el Derecho a la Libertad.

Ese año además, existen otras miles de quejas que el comisionado en turno, decidió dispersar en una estadística que suma  a los abusos de autoridades relacionadas con proporcionar justicia o seguridad: También se denunciaron, mil 124 actos de abuso contra el Derecho a la Integridad y a la seguridad personal; 965 quejas se iniciaron en el mismo 2017, por presuntas violaciones al Derecho a la Debida Diligencia; dos mil 544 por presuntos actos contra la legalidad y las seguridad jurídica, además de mil 214 quejas de internos.

Las denuncias ante la CODHEM no han parado, ni tampoco las denuncias del organismo y autoridades gubernamentales (de las que depende de facto), por dispersar las cifras. En 2018 sumaron mil 308, sin considerar otras mil 28 quejas de personas privadas de su libertad. En una revisión de cifras hasta 2019, el organismo que hoy dirige el exrector citado en la investigación Estafa Maestra, Jorge Olvera, no había emitido ningún tipo de  medida real para frenar los abusos policiacos y las encarcelaciones en masa.

Por otro lado, especialistas en ciencia jurídica admiten que existen fallas graves en el sistema, ya que no solo hay violaciones sistemáticas al llamado “debido proceso”, sino que la justicia se ha encarecido.

La justicia es para quienes tienen dinero y pueden financiar una buena defensa privada, reconoció por su parte el abogado y experto en derecho constitucional, Eric Garay Bravo, al reconocer que tampoco existen garantías para una “defensa idónea”, para quienes no cuentan con recursos, ya que los defensores públicos en general, abandonan los casos a su suerte, no obstante tratarse de vidas humanas.

Libertarium solicitó información vía transparencia a la Secretaría de Justicia del Estado de México, para medir la eficacia de los llamados “defensores públicos” o defensores de oficio. No hubo respuesta, rechazaron todos los cuestionamientos planteados y negaron la existencia de la información. Estaremos insistiendo.

Por otro lado y desde el punto de vista del también académico de la Facultad de Derecho de la UAEMex, existen al menos cinco elementos o “formalidades esenciales”, dentro del llamado “Debido Proceso”, que deben cuidarse en el caso de que una persona sea sometida a “un acto de poder” o a un acto de autoridad, o cuando entra en conflicto con la ley, pero también coincidentemente, son los tipos de violaciones más frecuentes que se cometen cuando las personas son privadas de su libertad injustamente y sometidas a procesos fabricados.

Estas cinco formalidades son: Tener la posibilidad de conocer la causa o carpeta de investigación que se le atribuye y por qué delito; segundo, la posibilidad o el derecho de “probar” (su inocencia), esto implica contar con una defensa idónea y ser escuchado; la tercera es la posibilidad o el derecho de argumentar; la cuarta, la facultad o derecho de recibir una sentencia fundada, motivada y clara; la quinta es la posibilidad de impugnar, de inconformarse.

Pese a lo anterior y a que Tratados Internacionales y la Constitución Política de México, desde su artículo 13 hasta el 23, constituyen baterías para un “debido proceso” a favor de los ciudadanos, estas no se cumplen en general en Edomex, sobre todo cuando las detenciones se realizan de manera arbitraria en operativos “rastrillo” o retenes, o en detenciones dirigidas por ministeriales solitarios o en pequeños grupos, a la caza de culpables,  de acuerdo a testimonios recabados por Libertarium.

Lo anterior se traduce en violaciones graves al “debido proceso”, de entre las cuales, las más frecuentes tienen que ver con detención arbitraria sin un ordenamiento judicial; la no puesta a disposición de manera inmediata; la no notificación previa de que se inició una carpeta de investigación; tortura; tratos degradantes e inhumanos para admitir delitos no cometidos; tratos inhumanos o tortura para testiguar cargos falsos contra terceros.

Dependiendo de la fase de los procesos o juicios, también se reportan el rechazo de pruebas de descargo –por parte de los jueces- que claramente operarían a favor de los inocentes acusados falsamente; abusos de autoridad en distintos grados; prolongación de los juicios de manera arbitraria; presentación y admisión –también de los jueces- de testigos y pruebas falsas, en la mayoría de las veces estos testigos son los propios policías que realizan las detenciones ilegales, entre otros excesos.

LEY DE AMNISTÍA –QUE SIRVA-

Recientemente y ante la emergencia social que se ha derivado del fenómeno de los “falsos culpables”, a partir de la fabricación en masa de delitos en todo el país  y en respuesta a una oferta de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, la fracción parlamentaria de Morena en la LX Legislatura Local, presentó una iniciativa de Ley de Amnistía, que sin embargo no ofrece soluciones a este fenómeno que cada día se está agravando en las cárceles mexiquenses.

El proyecto replica la Ley de Amnistía de orden federal, la cual también resulto corta ante las necesidades que surgen de un proceso prolongado de años de criminalización de sectores vulnerables.

Ante este proyecto, que solo ofrece amnistía para primodelincuentes y por delitos menores, el presidente de la Liga Mexicana para la Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH), Adrián Ramírez, reconoció que la iniciativa es insuficiente, sobre todo porque quienes son “cazados” por el sistema para maquillar cifras, reciben cargos por delitos de alto impacto y sentencias por décadas. Una tragedia social.

De acuerdo al titular del LIMEDDH se trata de miles de personas que bajo 30 años de neoliberalismo, operaron como mecanismo de equilibrio para sostener un narco-estado-policial-militar, que al ritmo que cometía delitos fabricaba culpables, pues de esa manera se justificaba –aparentando eficacia- y sostenía un complejo sistema de corrupción de gran alcance.

Esto sin considerar que el sostenimiento de grandes poblaciones penitenciarias, operan también como un sistema en el que se invierten grandes sumas de dinero público.

En una entrevista con Libertarium, el experto en temas de Derechos Humanos, justicia y sistemas carcelarios, advirtió que las iniciativas para generar las leyes de amnistía en las entidades y el Estado de México, se están quedando cortas, pues se está frente a un sistema que por varias décadas, pero con mayor intensidad en los últimos 20 años en Edomex, se dedicó a prácticamente a una cosa: “fabricar culpables”.


En este sentido y considerando que la iniciativa de ley promovida por la fracción legislativa de Morena en la 60 Legislatura Local propone otorgar la amnistía pero solo para quienes incurrieron en delitos menores, primodelincuentes y para quienes por sus condiciones económicas no pudieron solventar la justicia –en síntesis-, el titular del LIMEDDH, Adrián Ramírez, aseguró que ese y otros proyectos a nivel nacional podrían resultar insuficientes, ya que no responden a la realidad que llevó al país a llenar sus cárceles de personas inocentes.

Entrevistado sobre el proyecto legislativo del Congreso Local del Estado de México sobre la Ley de Amnistía del Estado de México, en respuesta a su similar federal, el presidente del LIMEDDH, delineo las complejidades que enfrentan estos proyectos y su limitado alcance para abarcar a quienes realmente requieren ser amnistiados y que llevan 20 años o más sin recibir sentencia, producto del complejo sistema de corrupción por el que fueron coptados por delitos que no cometieron.

En esta entrevista Adrián Ramírez, hizo un resumen apretado de la génesis que configuró los sistemas de procuración de justicia y judiciales que terminaron por fincar el piso para fabricar culpables en masa y sostenerlos ahí injustamente; pero también abordó cuales son las otras alternativas que paralelas a estos proyectos de Ley de Amnistía en las entidades, podrían dar respuesta a esta enorme necesidad de justicia y que son básicamente dos: una Reforma Penal Restitutiva y Mesas de Negociación en los estados, similares a las que montó la SEGOB, para revisar “caso por caso”.

De inicio y para abrir tema, Adrián Ramírez advirtió que debe derogarse la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y otras leyes especiales y jurisprudencias, bajo las cuales las víctimas del sistema neoliberal y narco-estado de los pasados sexenios, siguen compurgando penas por delitos que jamás cometieron. A continuación la entrevista.

-¿En el Estado de México se presentó la iniciativa para crear una Ley de Amnistía, sin embargo no se están considerando a las personas que se encuentran en las prisiones por delitos fabricados, cómo éstas leyes van a enfrentar esta problemática?

El primer punto es que el sistema penal se ha distorsionado terriblemente para propiciar fundamentalmente la corrupción, el tráfico de influencias y tener una población cautiva que es obligada o inducida al consumo de drogas, a vincularse a los grupos delincuenciales para delinquir bajo la amenaza y el temor fundado de hacerles daño a ellos o a los familiares y que en otras sociedades, estas personas o no hubieran tocado la prisión o ya estarían libres con todas las modalidades que el sistema de justicia pondera, para encaminarse fundamentalmente a permitir que se pondere la reparación de daños a las víctimas en los delitos que no ven la prisión, y también se fortalece y favorecen las penas sustitutivas de prisión, puesto que mantener a personas en prisión es un barril sin fondo en el que se va el dinero del erario, sin lograr el cometido de brindarnos seguridad, ni tampoco disuade a la delincuencia paras que esta se inhiba de cometer actos ilícitos.

Ahora tenemos 30 años con la imposición de un modelo que llegó mediante los fraudes judiciales, la tortura, la inducción de testigos y las campañas mediáticas espectaculares, a llevar a prisión a un número de personas a quienes se les fabricaron delitos y fundamentalmente, estos 30 años del neoliberalismo, a partir de este milenio, sobre todo con la llegada de Genaro García Luna, se dio un importantísimo número de personas que fueron privadas de su libertad y se mantienen en prisión, puesto que mientras no se abrogue la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada , no puede existir Ley de Amnistía alguna que los pueda poner en libertad, puesto que ya de entrada los delitos de la Delincuencia Organizada, son altamente criticados y preocupan a la opinión pública.

Es decir, cuando hablamos de Delincuencia Organizada, inmediatamente en la mente de las personas se refleja una situación de mucha gravedad y aunque esto no sea así, porque en ese periodo se impuso un “narco Estado policiaco militar”, en el que el Estado cometía delitos y para dar resultados fabricaba delincuentes, para poder mantener esa complejidad de ser un “narco estado policíaco militar” habría que dar resultados y por lo tanto se fabricaron los delitos y eso es lo que no va a permitir que puedan salir en libertad con estas leyes de amnistía, por más benévolas que puedan ser.

Es por ello que primero vemos con muy buenos ojos que salgan las leyes de amnistía, pero entendemos que es insuficiente y por lo tanto nos pronunciamos por que se abroguen las leyes especiales, como la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y el sistema de Jurisprudencias que permitieron esta ley a nivel estatal y sus correlativas en las distintas entidades federativas.

Eso es lo fundamental pero sobre todo que la ciudadanía entienda, que no se quede con el prejuicio de haber visto escenas impresionantes donde en apariencia un delincuente confiesa ante las cámaras y de manera casi cínica haber cometido delitos en un video, cuando aún ni siquiera ha sido presentado ante la autoridad ministerial, es decir mediante la tortura se le obligó a hacer esos videos y la televisión nos permitió hacernos creer que eso estaba pasando.

Bajo este contexto, Libertarium, Proyecto Libertad, busca visibilizar los casos de fabricación de culpables –en una primera parte-, y exponer las problemáticas paralelas que se están reproduciendo bajo este esquema informal y paralelo de simular justicia.

Esta es la primera entrega.

 







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